El sábado pasado tuvimos el gran placer de oír a Mayte hablándonos de su poemario, ganador del premio de Poesía Joven 2023, concedido por el Ministerio de Cultura.
Como ya hemos mencionado, Mayte es una amiga que también se dedica al ámbito artístico y ha hecho cosas y tratado con técnicas muy diversas, desde 3D, cine, y ahora poesía.
Una de las cosas que comentamos fue, precisamente, ese síndrome de la impostora, debido a que es consciente de que no tiene muchos conocimientos sobre poesía, sino que este libro, este conjunto de escritos, son fruto de la precariedad que atravesamos generacionalmente, hecho que necesitó expresar en una pulsión para satisfacer el hartazgo y desasosiego de una temporada concreta de su vida (2022).
Al preguntarle a Mayte qué le dio la idea de atreverse a hacer esto, nos señala una película de su infancia: «Astérix y las doce pruebas», una reinterpretación de las tareas que tuvo que superar Hércules para conertirse en un dios e ingresar en el Olimpo, pero adaptadas a que la región de los galos quedase sin ser invadida.
Siente que tanto ella, como todas, estamos en una situación parecida, donde nos ponen constantes pruebas absurdas, interminables e infranqueables como si tuviésemos la capacidad de pasar por ellas. Y cuando, efectivamente, fallamos, sentimos que es cosa nuestra, que no valemos lo suficiente; pero la realidad es que vivimos presas de un sistema que nos condena una y otra vez al fracaso.
«Es frustrante pensar que esto no acaba y que estamos solas, pero la verdad no es así, sino que estamos todas igual: llamas a cualquier amiga para ver cómo está y todas igual, incapaces de encontrar trabajo, independizarse, o incluso plantearse en formar una familia».